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MARTES DE CENIZA

DE FRAGMENTOS

DE FRAGMENTOS

http://martesdeceniza.blogia.com/2013/062101-la-pena-es-claustrofobica.php

Quizás para situarse convenientemente convenga leer el enlace que da comienzo a esta entrada, entenderemos mejor las coordenadas de lo que pretendo contar.

Ayer fue día 13, lunes además, Enero, por si le faltaba algo a la fecha.

Desde que escribí "La pena es claustrofóbica" han pasado ocho meses, en este tiempo mi padre dejó de leer su periódico deportivo de todos los días, olvidó firmar, y asistir a su visita puntual al peluquero, es decir, perdió de vista las migas de pan que señalaban su camino, sus costumbres, su forma de ser y estar.

Los neurólogos y especialistas fueron modificando un discurso que saltaba de puntillas sobre los tejados, quiero decir que se trataba de un mensaje frágil, difuso, sin cohesión.  Del Alzheimer se habla mucho y se sabe muy poco.

El que a nosotros nos tocó en suerte se llevó a mi padre por completo y nos dejó un enfermo dependiente que trató por todos los escasos medios que le quedaban de agarrarse a la vida sin conseguirlo.  En los márgenes del tiempo uno acaba siendo una sombra que se difumina.

Perdió la movilidad y a comienzos de Diciembre la última caída le propinó una brecha en la cabeza que terminó por postrarlo en la cama y requerir de ayuda extra para levantarlo, acostarlo o cambiarlo de postura.

Dejó de hablar, aunque hasta el final reconoció a sus nietos y se los comía a besos.

Se despedía diciéndonos adiós abriendo y cerrando los dedos de las dos manos, como los niños chicos.

Dejó de importar la historia, el pasado, los vínculos... te condicionan la vida, pero al final, cuando necesitas toda la ayuda del mundo para respirar o beber agua, se relegan al trastero de la memoria porque toca arremangarse, responder a lo básico, acompañar.

Ayer, a primera hora de la mañana de un Lunes 13 de Enero, mi padre fallecía durmiendo en su cama.  Se acabó la agonía.  Quizás podríamos haber hecho las cosas de otra manera, pero cuando se hace todo lo posible lo demás son globos sin aire, flor sin olor.

En medio de la pena, que siempre acecha, se queda como un poso frío e imprevisible dispuesto a romper los diques en cualquier momento, una descubre que estamos hechos de fragmentos reciclados.  Comparamos la ausencia con otras tratando de buscar los abrigos y la esperanza, esa fórmula de la supervivencia que sabemos que funciona, que sólo hay que recordar cómo ponerla en práctica, las herramientas imprescindibles y las que nos sobran. Nos miramos en el espejo de los más jóvenes para robarles un poco de su inmediatez, su pasión y su mañana será siempre otro día, y en el de los más veteranos para tratar de obtener el innegable poso de la experiencia, esa elegancia frente al dolor y al cúmulo de ausencias que sólo se adquiere cuando se ha vivido comprendiendo que nada más importa.

Hechos de pedazos, sí, un puzzle que trata de reflejar las estaciones y puntos de encuentro que somos, personas que se construyen apoyadas en otras.

Sólo la gente que te importa importa cuando te falta tu gente.

Perdonarme la frase que parece sacada de un graffitti en la puerta de un lavabo o de la portada de una carpeta adolescente, ya sabéis esto que digo a veces sobre las licencias que una se permite por tener un blog, o un diario abierto al público, para contar cosas que de otra manera sería tan difícil contar...

Mi padre no quería exposición pública, si habéis leído la primera parte comprenderéis sus porqués, era anticlerical, ateo y de izquierdas, así que nada de funerales ni velatorios... polvo eres y en polvo te convertirás tan solo como viniste... 

En la memoria que él perdió estriba la diferencia.  Todas las diferencias

2 comentarios

cadenadeochos -

Eres grande hasta cuando el derecho vital te permitiria ser tan pequeña como te diera la gana.

Te admiro.

Beatriz -

Puri....un corte de cordón umbilical...
Ánimo y fuerza.