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MARTES DE CENIZA

"EL COMITÉ DE LA NOCHE"- Belén Gopegui

"EL COMITÉ DE LA NOCHE"- Belén Gopegui

Si crees necesaria la parada de pensamiento.  Otro enfoque.  Aportaciones.  Que te cuenten.  Replicar. Entender lo colectivo como vehículo para tratar de cambiar algunas cosas... "El comité de la noche" te está esperando.

Ya en su penúltima novela, "Acceso no autorizado" (Random House, 2011), Belén Gopegui no lo pone fácil, nos saca a la calle, al momento histórico concreto en que la ciudadanía se borra escondida tras el gran escenario de la política.  Es saltarse las normas, ser parte activa del cambio, decidir al fin y al cabo, cuál es tu papel, a qué has venido, por qué miras, por qué sólo estás mirando...

En "El comité de la noche" hay movimientos ciudadanos, activismo político, poder corrupto, intereses que aunque leyese cien veces la novela me costaría comprender, pero sobre todo hay personas.  Viven en ella Alex, hematóloga, parada, desencantada, que vuelve con su niña Marina a casa de sus padres por imperativo de supervivencia.  Aún así trata de buscar un hueco propio, un banco en el que escribir, unas señas de identidad a las que pueda agarrarse siquiera remotamente. Carla, solitaria, que encuentra trabajo en unos laboratorios en Bratislava y sin pensárselo dos veces se marcha, nada le ata, hasta que conoce a una niña, Elenka, con la que tiene un poblado en común, un paisaje cifrado, un modo de encontrarse, y por ella, y porque a veces necesitamos la excusa de cambiar por alguien, su vida dejará de ser su vida. Un escribiente que trabaja por encargo, un narrador implicado, mal que le pese, en las vidas anteriores, porque contar es formar parte, estar cerca y lejos a la vez, asumir la tarea de reproducir.  Michal, Uno, Noa, Josef, Gustav, Patrik... itinerantes y encadenados habitan esta novela que compone una historia compacta, un compromiso particular, un ejercicio de autodefinición.

No es sencilla, no se lee fácil, no seduce, no hay luces de neón ni finales felices. Ni siquiera finales.

Gopegui (Madrid, 1963) utiliza su consabida literatura elegante, culta, impactante, esa forma de no ser una escritora cualquiera detrás de cualquier historia previsible.  Ella es mucho más. Si sumas, por ejemplo, “La escala de los mapas” (Anagrama, 1993),”El padre de Blancanieves” (Anagrama, 2007) “Deseo de ser punk” (Anagrama, 2009) la cuenta catapulta a una novelista enorme, que nunca pasa desapercibida, un ser social proactivo dotado de un maravilloso don literario, el de crear estilo propio, conciencia, discurso, palabra precisa.

 

“Porque vivir no puede ser solamente parapetarse esquivando los golpes bajos, esconderse y dormir en posición fetal” (“El comité de la noche”, pág.160)

“Por ir a buscarla me gustarían los viajes. Por ir a buscarla refutaría a toda esa gente que dice que viajar no sirve porque uno sólo cambia de cielo pero no de corazón. No es verdad: bajo otros cielos, en otros puentes, algunos pesos se aligeran” (“El comité de la noche, pág.254)

Qué gran regalo este Comité.

 

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