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MARTES DE CENIZA

"CÓMO MATÉ A MI PADRE"

"CÓMO MATÉ A MI PADRE"

Será que me hago mayor (indudablemente) y que por eso me molestan las promesas.  Sobre todo las falsas.

¿Hasta qué punto una biografía literal puede tratarse como una novela actual y prometedora?.

¿Por qué se alinean los astros para ensalzar algo  que sólo puede variar en la forma de ser contado y que ni siquiera es mérito de quien lo narra, porque no lo ha elegido?

Preguntas de Agosto inolvidable.

Sara Jaramilo Klinkert (Medellín, Colombia, 1979) relata en ésta su primera novela el asesinato de su padre a manos de un sicario:

«Cuando tenía once años, un sicario mató a mi padre. Yo era una niña que no imaginaba que algo así pudiera pasar. Pero pasó. Todavía me cuesta creer que apenas treinta y cinco gramos de acero y un gramo de pólvora hayan podido acabar con una familia.  Doy fe de ello. Acabaron con la mía..»

Perdonadme. Pero lo he comprado y lo he leído, he subrayado frases de belleza descriptiva, de tejido emocional sin subterfugios, pero me niego a incluir en el pack que estamos frente a la nueva revelación de la literatura lationoamericana.

Me cansan las revelaciones que te meten por los ojos cómo si te persiguiera una bandada de pájaros. Quieras que no. Lo que dice todo el mundo que sabe. Los entendidos.

Yo me libro. Sólo sé que no sé nada.

Porque Sara Jaramillo escribe bien y porque nadie puede llevarle la contraria o dudar, sobre un hecho tan explícito, sobre la modificación familiar a raíz de ello, sobre su supervivencia.

El trauma, por encima del trauma y nada más que el trauma. Innegable, claro, pero a mi entender lejos de lo literario, de lo creativo, de la prosa lírica que poco tiene que ver con el exceso de almíbar.

Supongo que hay muchas víctimas, en la Colombia de aquella época y en cualquier lugar de todos los días, que podrían contarnos lo mismo, la afectación a sus vidas infantiles de una ausencia provocada de modo tan brutal.

No infravaloro el esfuerzo. Sería idiota.

Pero creo que está más cerca de un ejercicio de salud mental y espiritual que de una prometedora novela.

Lenta en ocasiones y retórica en abundancia estructura una narración con el dolor cómo epicentro, sus sombras, cómo afecta a cada miembro de la familia, su manera de seguir viviendo, el hogar, los silencios... una nada cotidiana sembrada al final por unos cuantos párrafos que merecen la pena realmente, los que hablan del envejecimiento de su madre, mujer resiliente y constructiva, que crea bosques y quiere convertirse en arbol.

Puede ser una buena lectura para quien aprecie las biografías de gente joven marcada por sucesos trágicos. Hay grandes lectorxs biográficos.

A mí me ha costado conectar con la historia, buceaba tratando de encontrar algo más y la he terminado sin la misma huella con la que comencé.

Lástima. 

Ojalá dentro de unos años, esta joven promesa deje de serlo y crezca, y construya más allá, ahora que pesa menos.


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