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MARTES DE CENIZA

"LAS CHICAS DE CAMPO"

"LAS CHICAS DE CAMPO"

Acabo de descubrir a Edna O’Brien, escritora irlandesa nacida en 1930.  

Siempre he tenido la sensación de llegar tarde a casi todos los lugares, siendo la literatura uno de ellos, veo pepitas de oro dónde todo el mundo ha saqueado el río...  

Pero supongo que más vale tarde que nunca.

Obligada por su conservadora familia a estudiar Farmacia, la historia de esta escritora es la de una mujer que siempre quiso escribir y que también aterrizó tarde, pero irrumpió con fuerza en el mundo literario, siendo muy apreciados sus relatos cortos y el estilo claro, directo, sin florituras, con el que recrea la vida rural y urbana de las mujeres de su país en los años 50-60.

Hasta hace muy poco sus libros no se habían traducido al castellano.

El primero de ellos, "Las chicas de campo", es el que cayó en mis manos desde la biblioteca de mi barrio, esa que es, sin lugar a dudas, una de las mejores bibliotecas del mundo, porque podría bajar en zapatillas de casa sin apenas desgastar las suelas, porque está situada en un edificio centenario e histórico (fue cuartel y convento, y después de estar abandonado muchos años se convirtió en algo tan extraordinariamente maravilloso como una biblioteca), porque siempre hay niños que entran y salen, y no se oye el ruido de los coches porque no pasan, está en mitad de una plaza sobre cuyo pavimento se refleja la lluvia de un modo especial...

Lo que iba diciendo, a través de una librería zaragozana que tampoco tiene desperdicio: "Los Portadores de sueños", me topé con "Chicas felizmente casadas", de esta misma autora, fue lo primero que conocí de ella, la portada de la editorial madrileña Errata Naturae y la sinopsis de la trama me sedujeron, pero antes de empezar por el final, "Las chicas de campo" y la biblioteca de mi barrio hicieron el resto.

La historia narra las aventuras de dos amigas que crecen juntas, que se necesitan, a pesar de ser tremendamente distintas, porque hay muchos momentos en que el entorno les es hostil, y ajeno, pertenecen a mundos y familias opuestos, pero generan un vínculo que les ayudará a sobrevivir, dentro y fuera de su pequeño mundo.  Ser una testigo de la otra les facilita el camino.

En realidad se trata de un fiel reflejo de la Irlanda de la época, represiva y pacata, lo que le costó a la autora una fama de revolucionaria, escandalosa e indecente, tanto es así que el párroco de su pueblo quemó públicamente tres ejemplares de "Las chicas de campo".  Perseguida por la censura O’ Brien sale de Irlanda y desemboca en Londres.  En los años ochenta termina la trilogía que sigue a esta primera novela, con "Las chicas de ojos verdes" y "Chicas felizmente casadas", una especia de álbum autobiográfico-novelado donde la escritoria construye con un lenguaje natural, rico y atrayente, la sociedad que le tocó vivir.

Su estilo es único, por eso hay que aproximarse a ella, porque es alguien que tiene algo que contar de una manera definida, explícita, su manera, la escritora de lengua inglesa (según Philip Roth) con más talento de nuestros días.  Alice Munro dice que O’Brien escribe las historias más bellas dotadas de pedagogía social...

No seré yo quien le lleve la contraria.

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