"EL VIOLONCHELISTA DE SARAJEVO"
Steven Galoway
Editorial El Aleph,2008
Es importante destacar que esta novela no es un retrato riguroso del transcurso en el tiempo del cerco de Sarajevo. Es imposible que los acontecimientos que tienen lugar en esta obra hubiesen ocurrido tal y como se describen.
El Cerco de Sarajevo, el asedio urbano má largo de la historia bélica moderna, se prolongó desde el 05 de Abril de 1992 hasta el 29 de Febrero de 1996. Las Naciones Unidas calculan que aproximadamente 10000 personas murieron y 56000 sufrieron heridas. Todos los días caían sobre la ciudad un promedio de 329 morteros.
No os asustéis, "El Violonchelista de Sarajevo" no es, solamente, una narración enmarcada dentro de un conflicto bélico. Es sobre todo una lección humanitaria, un bello relato literario que sólo puede leerse a través de la emoción que provocan sus personajes. El día a día de Flecha, Kenan o Dragan, el de ese Violonchelista que se enfrenta a los francotiradores tocando el Adagio de Albinoni a diario, a la misma hora y en el mismo lugar donde murieron varias personas que hacían cola para comprar el pan, supone, a pesar de todo y siempre, un paso adelante, una manera de no abandonar su propia esencia cuando ya te lo han quitado todo y vives en una ciudad sitiada, comandada por asesinos. Me pregunto si es necesario vivir la desgracia o la necesidad para ser más humanos, y empatizar. Ahora que se han perdido las corralas, los vecindarios de silla de anea en la puerta, ahora que se mira casi siempre hacia otro lado o impera la ley del silencio ante lo que hace unos años hubiéramos solucionado comunitariamente. Esta novela me recuerda a "Cuatro días de Enero", de Jordi Sierra i Fabra, o a "La voz dormida", de Dulce Chacón. A historias no demasiado alejadas de la realidad en las que la solidaridad nos salva de la locura, a pesar de ella.
Recomiendo su lectura fundamentalmente por su lirismo, por su belleza y por el aldabonazo que debería suponer en el alma y en la conciencia de sus lectores.
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