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MARTES DE CENIZA

"LA NEVADA DEL CUCO"

"LA NEVADA DEL CUCO"

Comprar con prisas es fatal.  Si además hablamos de libros, peor que peor, porque hay que invertir un tiempo en revisarlos con cuidado, en encontrar en ellos la frase precisa y el aroma infalible.  Conociendo bien la teoría salí de la librería tan precipitadamente como entré, con mi encargo y con el convencimiento de llevarme además un tesoro que había encontrado de pasada: "La nevada del cuco", de Blanca "Tusquets". El ritmo de aquella tarde se encargó del resto, creí que se trataba de una hija de Esther Tusquets (para mí escritora excepcional donde las haya) y me monté la película necesaria para autoconvencerme de la casta magistral que impregnaría las páginas de la novela.

Cuando llegué al trabajo y pude echar de nuevo un vistazo a la compra descubrí que había cambiado la B por la T.  Que la escritora era Blanca Busquets.  Catalana, sí, de la Barcelona de 1961, escritora y periodista, nada que ver con la saga de la otra autora-editora.  Como el que no se consuela es porque no quiere, pensé que al menos era Piscis, como yo, y que había que darle una oportunidad porque el libro destilaba buena pinta, ya sabéis, buena encuadernación, frases sugerentes, eso que tiene que ver con el pálpito del lector empedernido.

Y resultó que las prisas se convirtieron en un golpe de buena suerte.  De muy buena suerte.  "La nevada del cuco" es una novela, sin pretender ser fácilmente breve o asequiblemente cursi, preciosa.  Un deleite.  Un homenaje a las mujeres que escribieron y a las que escriben, porque lo necesitan y porque pueden.  Contiene la dosis exacta de dulzura,contiene el mar y la montaña, las coordenadas de lo grande y lo pequeño, desarrolla el argumento con un cuidado exquisito, sin olvidar ni un detalle dentro de las historias que en paralelo se cuentan.  Todo está imbricado, todo influye, venimos de dónde venimos por algo, y lo mejor que puede ocurrir es comprender que somos cíclicos, sociales, y protagonistas de un tiempo que no elegimos, pero que determina cómo somos.  Cerrar etapas no es tarea fácil, colocar en su sitio los puntos finales, hacernos valer.

Si habéis escrito a escondidas o tenéis la necesidad prioritaria de leer o escribir entenderéis a Tónia y a Lali.  Si creéis en la memoria colectiva, y en la historia, disfrutaréis con esta novela especial, delicada, como de porcelana y al mismo tiempo valiente, sobria, sin estrecheces.

Algo diferente, que merece la pena encontrar, con prisas o sin ellas y que consigue la magia de podernos identificar con mujeres de otros siglos que en un momento determinado, pensaron y amaron como nosotras.

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