"NO ME CUENTES TU VIDA"
La última novela de Luis García Montero (Granada, 1958) es uno de los mejores sucesos que han salpicado mi vida cotidiana de los últimos meses. Un acontecimiento espléndido. No quería empezar esta crónica de forma grandilocuente, pero en lo que respecta a este autor... renuncio a la discreción.
El Universo del escritor se despliega en toda su inmensidad a lo largo y ancho de la historia intergeneracional de la novela, unos padres, un hijo, los puentes que no se llegan a tender a pesar de los intentos, los ideales que nunca se cumplen, un pasado y un presente mezclados, cobrando sentido el uno en el otro, unas abuelas extraordinarias, Granada, Madrid, la poesía, el compromiso, la política, tomar parte, ser parte, querer y ser querido por encima de todos los pesares... todo ello impregnado del lirismo único y emotivo de García Montero, que nos conduce por un camino nostálgico, real y vivo, hacia nuestro propio reflejo, están ahí nuestras contradicciones, nuestro ser social, nuestra incapacidad para disfrutar de lo pequeño y lo etéreo, compartiéndolo, porque hoy no será mañana, ni se parecerán.
Unos cuadernos son el hilo conductor para que Juan le escriba a su hijo cómo se siente, qué necesita, quién es y qué espera de él: ir juntos al fútbol, una llamada concreta de teléfono, algo parecido a asuntos propios, un espacio pequeño sólo de los dos, donde consigan entenderse.
Parte de la biografía del autor, tamizada, dibujada, reconvenida, se asoma en los matices y entre líneas. Parece obvia su mirada sobre la sociedad actual, y la memoria, cómo evitar (y por qué) trascender la ficción, utilizarla, cuando se sabe y se puede hacer, para contar lo que se quiere contar exactamente de esta forma, así no más, como sólo podría hacerlo él, ya que, aunque se trate de su segunda novela es fácil identificar al autor, cuando nadie más se le parece ni acerca.
Pocas veces subrayo los libros, esta vez, lápiz en mano, no llegaba a abarcar con los ojos todo lo que necesitaba reseñar:
"La intimidad es la toma de conciencia de que existe una habitación particular en el mundo"... "Los recuerdos a veces no contagian la verdad última de una realidad"... "Detrás de cada beso se consolidaba la jerarquía de un vocabulario"... "La nostalgia resulta siempre un campo de minas cuando se ve forzada a convivir con el presente"... "La distancia de los hijos provoca otro tipo de mutilación, una desgracia tan infecciosa como los rumores de la intimidad"...
Qué más puedo decir, que los buenos escritores pasan a ser prodigiosos cuando consiguen construir y prestarnos un mundo que parece nuestro; yo siempre logro vivir con dignidad en los paraísos de García Montero, me vienen bien para lo mío... significan una balsa en medio del caos, no es una balsa cómoda recubierta de algodones, pero resiste, que no es poco.
Después de "Mañana no será lo que Dios quiera" (Alfaguara, 2009, ensayo novelado sobre la biografía de Ángel González), "No me cuentes tu vida" (Planeta, 2012) se impone en su presente de narrativa actual, poética e íntima como una gran novela de obligado cumplimiento, una más de esas que yo jamás llegaré a escribir.
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Ramón -
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