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MARTES DE CENIZA

"LA QUIETUD"

"LA QUIETUD"

El último libro de Ignacio Ferrando (Trubia, Asturias, 1972) será uno de los mejores que yo haya podido leer en este 2017, y en mucho tiempo. Hasta el momento lo es.

"La Quietud", una novela presente, actual, equilibrada, alejada de las que suelen rondarme y a las que busco, nada tendente a la melancolía ni a las deudas del pasado, aunque las tenga, quién no.

Héctor, arquitecto y profesor universitario en la cuarentena, ha empezado a vivir con Ann, una joven y atractiva estudiante que ha irrumpido en su vida en plena crisis matrimonial. Aunque le cuesta reconocerlo, Héctor sigue enamorado de Julia, su exmujer. Juntos, en el pasado, habían iniciado los trámites para adoptar un hijo en Rusia, pero tras la separación se habían olvidado del asunto. Ahora será Julia la que le pida que siga siendo su marido a efectos oficiales, y que le acompañe a una región del Siberia Oriental para conocer a Dimitri, el niño que le han asignado. Esta anécdota de partida, que plantea un dilema moral en apariencia inasumible para el protagonista, sirve como detonante para cartografiar los conflictos de la paternidad. La quietud es una novela veraz y a ratos estremecedora sobre ese proceso de adopción y lo que genera en los progenitores.

Una adopción internacional, un escenario programado para conseguir el deseo visceral de ser madre y padre, a como dé lugar, jugando un juego siempre al límite, dónde se mezclan la verdad y la mentira, siendo al final prácticamente lo mismo.

Brillante descripción de los personajes y sus miserias, de la climatología, de las calles y los países, de la paternidad, del frío, de la juventud y la soledad... El ingeniero de edificaciones es también un escritor audaz, inteligente, hábil. Planea sobre las ideas y las plasma con una agilidad narrativa de alta calidad.

"Las segunas oportunidades solo forman parte de un proceso de reconstrucción"

"Con aquellas gafas de pasta parecía una librera del West Side, una de esas mujeres tristes, poco democráticas, que atraviesan esa edad en la que deben asumir si se hunden de un modo definitivo o empiezan a tener su propia historia"

"Las intenciones siempre son inapelables, y, a veces, incluso más relevantes que los porpios resultados"

Estas pequeñas muestras destacadas de lo que encontraremos dentro han de abrirnos el apetito literario hacia una obra que no se parece a otra, que no es una muñeca rusa, al contrario, adquiere un ritmo creciente e insospechado, no es previsible, contiene verdad y un presente continuo que nos atrapa, porque zigzaguear entre los tiempos verbales y convertirlos en imágenes es un recurso literario casi siempre favorecedor que no se da en este caso, el objetivo es el ahora, aquí y ahora.

Suma puntos que alguien de ciencias escriba una novela como "La Quietud", tan aparentemente fría y tan emocional al mismo tiempo, tan fuerte y tan débil. La magia de los contrastes y ser capaz de dominarlos.

Chapeau, Mister Ferrando.


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