PAISAJES EN BLANCO Y NEGRO
¿Recuerdas
los territorios comunes?
El mes de Agosto,
una canción,
ciertos escalones,
la hierba mojada,
los días soleados,
una tarde de sábado,
creer que la vida
nos besaría en la boca
dejándonos dormir ...
La juventud es un espacio protegido del viento
donde siempre llueve.
Un lugar
constantemente precipitado.
Guardábamos nombres sagrados,
la religión del deseo
escondida bajo la almohada,
maravillosos sueños imposibles
que desde el primer momento
comprendimos que lo eran,
pero no por ello dejamos de amarlos.
Esa ceguera febril y apasionada
lanzándonos a las calles vacías,
a madrugadas de insomnio
y carreteras secundarias.
Esa dulce ceguera atormentada
que no estaba escrita en los libros,
pero predominaba como una epidemia,
saltando por los tejados
y apostándolo todo al mismo número
siempre al mismo número.
Aunque tú no lo sepas
ni tus pies tengan memoria,
caminamos a la par
sobre zonas francas;
en ese tiempo acompasado
fue donde debimos encontrarnos,
justamente allí
y no después,
no siempre tarde,
provocando a los relojes,
volcándonos la vida.
Robarle a las cosas su naturaleza
es hacerlas inservibles.
No volveremos a entender una mirada
al primer vistazo,
ni a besarnos de la misma manera.
Porque nos mintieron.
Nos mentimos.
La vida nunca se acaba.
3 comentarios
nK -
Amaya -
Susana Del Arco -
Un abrazo.