IPANEMA
“Te llaman Porvenir
porque no vienes nunca…”
(“Porvenir”-Ángel González)
Aunque siempre me he reído
achinando los ojos
esto no son patas de gallo,
sino los pliegues de tu ausencia.
Todos los años transcurridos
a tu espalda,
escribiéndote
sin que lo sepas,
durante un tiempo inadvertido
que no araña
ni se rompe,
deslizándose
por el margen de los cronómetros
y el filo de las ventanas
como un efecto visual
sin importancia.
Es difícil pensar
que alguien secuestra
tus imágenes
y las guarda bajo la almohada,
pétalos secos
que llegarán a convertirse
en estatuas de sal
y cementerios abandonados
de aquellas primeras
defunciones nuestras.
Ya te habrás dado cuenta
que se trataba de continuar,
con ese aire que nos da en la cara
y huele a restos de naufragio,
sin novedad en el frente
ni otra cosa que nos distraiga
de un destino inexistente.
No es el mar,
ni los trenes que pasan,
quienes me recuerdan la edad.
Los espejos
se parecen demasiado al presente.
Te juro que no son patas de gallo,
sino los pliegues de tu ausencia.
0 comentarios