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MARTES DE CENIZA

EL POETA Y PLATERO

EL POETA Y PLATERO

Teatro Arbolé nace en Zaragoza en 1979 como compañía de Títeres, siendo la primera compañía aragonesa en abrir su propio teatro con una programación estable desde 1990.  Actualmente lleva adelante un proyecto empresarial de envergadura que ha logrado generar puestos de trabajo y consolidarse como empresa productora, programadora, exhibidora, distribuidora y formadora.  Cuenta con su propia editorial y un nuevo espacio, un teatro de 250 localidades, instalado en el Parque del Agua Luis Buñuel.  En Zaragoza decir "Arbolé" es decir marionetas, titiriteros, teatro para todas las edades, cultura.

En 2004 la compañía obtiene una nominación a los Premios Max, además del Premio Fetén al mejor actor por "El poeta y Platero", dirigida por René Fernández Santana.  Esta obra, arma cargada de futuro, como diría Gabriel Celaya, pretende acercar la poesía y el mundo lírico de Juan Ramón a los niños, y así podemos conocer a Platero, Andalucía, la música y el mar de una manera tan especial como inolvidable, porque se trata de un montaje plástico, muy cuidado, poético y sencillo que pretende divulgar la obra clave del Premio Nobel a través de testigos fundamentales, los niños y niñas.

Es cierto que cada vez que acudo al teatro con mi hijo salgo refunfuñando.  Porque tengo que hacer un esfuerzo máximo de concentración para no perder el hilo narrativo entre el ruido de los teléfonos móviles, la llantina de los pequeños menores de tres años que tienen miedo, o sueño, o hambre, o todo junto y que no están donde deberían, las conversaciones entre susurros de las mamás o los papás o los yayos y yayas que se aburren, el correteo por los pasillos de los chiquillos que pasan de los que se les está contando... tan cierto como que siempre merece la pena ir por quedarte con algunas caras, con el silencio de los que escuchan, con la admiración de quienes observan y con los versos de esta obra atípica para la sociedad en la que nos toca vivir, pero abosolutamente bella.

1 comentario

Amina Solís -

Yo estuve viendo esta obra. Llevé a mis sobrinos que se quedaron de principio a fin con la boca abierta. Entiendo que es para niños mayores de 6 años a los que deberían haberles leído previamente algo de poesía... Reivindico respeto para los titiriteros, los niños hacen lo que ven, y en muchos casos el trabajo de estos profesionales se ve menospreciado.