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MARTES DE CENIZA

"LA TINTA DE LOS MARTES"

"LA TINTA DE LOS MARTES"

 

Las ciudades nos dividen.

 

A ambos lados de una avenida,

en bocas de metro,

habitaciones de hospital,

panaderías…

 

Nos separan porque es más sencillo

aislar el dolor,

dibujar la soledad

como si se tratase de

una señora anciana

que echa de comer a los gatos

y usa botas de goma cuando llueve.

Luego, de vuelta a casa,

ni siquiera se calienta la comida

y sube el volúmen de la tele

imaginando que está acompañada.

 

La soledad es tan propia de las ciudades

como el tiempo contaminado

de las parejas gastadas.

 

Huele a serrín mojado,

a última hora de domingo,

al cierre de los bares

en los que vimos pasar la vida

sin imaginarla siquiera.

Esos que todavía conservan

el letrero con su nombre,

renunciando a la cobardía.

 

Las ciudades tienen

un corazón de ballena atormentada,

insomnio crónico,

el deseo infantil y perenne

de ser concretas,

únicas,

permeables.

 

Mientras los ciclos transcurren

frente a su escenario de colores desvaídos

uno puede creer que las descubre.

Somos las serpientes

enroscadas en el fondo de la cesta,

tocarán nuestra música

y pensaremos que ha llegado el día,

histriónico,

especial,

que podrá darle la vuelta a todo

y resucitarnos.

 

Despierta.

Son las 07 de la mañana.

Los periódicos

escupen la tinta de los martes,

el café se queda frío

y cada vez nos espera menos gente.

 

En algún remoto lugar

alguien robará un beso

con dedicación de guante blanco.

 

Enhorabuena,

siempre queda lugar

para la elegancia.

2 comentarios

Nk -

Y para algún furtivo beso. Como tus poemas, Puri... besos blancos entre ciudades grises. Gracias.

Shey -

En todo lo que tú escribes,como al final de este poema, siempre queda lugar para la elegancia.