Blogia
MARTES DE CENIZA

A SABER DÓNDE ESTÁ EL CIELO

A SABER DÓNDE ESTÁ EL CIELO

De Blanca Busquets (Barcelona, 1961) lo compro todo. Las cosas como son. Quiero decir que me quedo con sus propuestas, sumamente interesantes, para mí caballo ganador.

La encontré casualmente hace un par de años, confundiéndola con la gran Esther Tusquets (Barcelona 1936-2012), unas prisas, un leer rápido y mal, un salir a la calle y darte cuenta del error y aún así apostar, uno de esos días en los que consideras que las casualidades no existen, y que las cosas pasan por algo... y pasaron.

Comencé con "La nevada del cuco" (2010) y seguí con "La casa del silencio" (2013), ambas incomparables, diferentes, pero delicadas y especiales, con el estilo impecable y el brillo auténtico de las historias de Blanca.

Redactora de un programa de música clásica en la televisión de Cataluña, ha estudiado piano y canto, escribió su primer relato a los doce años, es periodista... todo estos ingredientes componen de manera imprescindible su trayectora literaria, la habitan.

Su página web: www.blancabusquets.cat permite hacernos una idea del universo de la autora, las imágenes completan la figura de quien estamos hablando.

Deshaciendo el camino me he dado de bruces con "A saber dónde está el cielo" (2009), esa historia peculiar, un tanto claustrofóbica y enrevesada, con tintes de novela de misterio, que desentraña las miserias del triunfo y de los que se consideran triunfadores. Al igual que en sus otras narraciones... nada ni nadie son lo que parecen, detrás de la fachada está la vida, y el pasado, al que no se le debe dar la espalda, porque en caso de no admitirlo se convertirá en asaltador de caminos. 

Un error, equivocarse de muerto en un velatorio al que se acude por compromiso, son el trampolín de una novela escrita con maestría que nos conduce por pasadizos difíciles, estrechos, esos que debemos cruzar para encontrarnos y ser capaces de reconocer que estamos hechos de pedazos despedazados.

Cuesta un poco imbuirse en la trama, sólo un poco, son muchos los datos y los detalles y muy rápidos los cambios, hay que estar atento, abrir el abanico de una escena compuesta de almas que al fin y al cabo sólo quieren vivir tranquilas, cada una a su modo, pagando un precio y portando el equipaje que acarreamos desde la casilla de salida.

Es eso. Un examen de conciencia. Sin serlo ni parecerlo. Un échale un vistazo al espejo y mírate bien, luego mírame a mí. Procuremos no estar solos, no hacer daño a pesar del daño que hacemos, comprender las raíces subterráneas y los modos de supervivencia.

La gente con la que nos cruzamos a diario no son gente, sino personas compuestas por los restos de un naufragio.

Es una novela inteligente, una apuesta por querer contar las cosas de otra manera, gráfica, veraz, emocional… como decía al principio: caballo ganador.

 

0 comentarios