"PEZ EN LA HIERBA"
De haberlo sabido me hubiese puesto antes con "El hombre que arreglaba las bicicletas" o "La lluvia es una canción sin letra", novelas anteriores del escritor y editor castellonense Ángel Gil Cheza (1974).
De haberlo sabido nada habría resultado igual, ese es el factor sorpresa de la literatura, siempre es tiempo de encontrar pepitas de oro en el agua, dentro de ese cauce por el que paseas, buscas y rebuscas y a veces nada, y en otras ocasiones, casi con los ojos cerrados, metes la mano y... PREMIO.
El premio se titula "Pez en el agua", una novela negra, ambientada en Vila-Real, ciudad natal del autor, dónde el fútbol femenino cobra una relevancia necesaria sin ser el epicentro de la novela. Una leyenda sobre una cueva que atraviesa el pueblo, conocer bien el tejido social, la estructura poblacional, las miserias humanas y el patriarcado convierten el sueño de aquel niño que quería ser escritor y se imaginaba tecleando una vieja máquina de escribir y fumando en pipa, en una trama perturbadora, macabra, que cuando empieza a rozar los límites del exceso se equilibra a la perfección con una prosa casi lírica, con una descripción de las luces, de los ambientes y de las presencias cuando menos particular, porque encontrar la medida precisa, el ritmo cotidiano que debe tener una historia mientras nos secuestra, es de todo menos fácil y habitual.
Es lo que más me ha impresionado, a mí que el género no me atrae especialmente, esa habilidad para estrangularnos y cuando empieza a faltar el aire cambiar a un registro más amable y no por ellos menos fundamental como pieza del engranaje.
Nada ni nadie son lo que parecen ser. Crímenes, perversión, intereses, silencios, una escritora de prometedor futuro, un abuelo pasional y revolucionario, un perro que murió, las injusticias cebándose siempre en el más débil porque así es cómo ocurre en la vida, Miquel que regresa a casa después de muchos años y se encontrará con todo esto, abusos de poder, personas que no deberían serlo, el deporte, las ilusiones, los sueños, el dinero, la mentira... Lo tiene todo, el trabajo de investigación de Gil Cheza ha dado sus frutos en forma de identidad.
El autor fue batería de un grupo punk, tiene un disco como cantautor, un hijo y un huerto, es un creador incansable, lo cual nos promete un fructífero sendero, trabajado al detalle, dónde nadie quedará impasible.
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