"LAS CHICAS DE SEPTIEMBRE"
Mauren Lee es una prolífica autora inglesa, de Liverpool (lugar prioritario en sus obras), que debió aburrirse mucho estudiando Administración de Empresas y siendo taquígrafa durante años antes de saltar desde el trampolín literario. Al parecer se la clasifica dentro de la literatura romántica. En este mundo hay que catalogarlo todo, ya se sabe...
Yo he llegado a ella, o ella a mí, a través de "Las chicas de Septiembre", dos niñas nacidas el mismo día en situaciones socioeconómicas muy diferentes, que crecen y con ellas su entorno, sus madres, sus casas, esa terrible segunda guerra mundial... haciendo guiños constantes a lo que, ya en pequeños detalles de su infancia, se podía esperar de cada una de ellas.
"Brenna, embarazada de ocho meses, llega junto a su marido Colm y sus dos hijos a Liverpool en busca de una vida mejor. Para esta familia de inmigrantes irlandeses, la década de 1920 es una época de terribles penurias y tienen esperanzas en que sus vidas cambien en Inglaterra. Pero las cosas no salen según lo previsto. Paddy, el hermano de Colm, a quien habían mandado dinero para que les consiguiera una casa, no aparece. La familia deambula sin rumbo por esta inhóspita ciudad y de pronto Brenna empieza a sentir contracciones. Se sienta en el portal de una familia pudiente, y Nancy, el ama de llaves de los Aallardyce, la ivita a pasar y la ayuda en el parto. La casualidad quiere que esa misma noche de septiembre y en esa misma casa, Eleanor Allardyce de a luz a una niña cuyo destino irá ligado, para siempre, al de la hija de Brenna".
La sinopsis del libro, aunque apunta maneras, sólo es un pequeño aperitivo, los platos fuertes vienen después, acompañando una historia que me recuerda a Dickens y a "Lo que el viento se llevó", por la intensidad, por el drama, porque cualquier situación previsible puede dejar de serlo o no... por la pluralidad de personajes (bien definidos, nunca opacos, encadenados, todos son piezas fundamentales), y porque una acaba absolutamente seducida por una mezcla de culebrón en serie, identidad de género potente, país en guerra, preguerra, posguerra, gente que viene y va, la casa más acogedora del mundo, el tiempo presente por encima de cualquier tiempo, el amor sin paliativos, la muerte irrenunciable... aditivos de una novela que podría ser simplemente entretenida, pero que está bien escrita, que es valiente y se adentra en una construcción de personajes ramificados y poliédricos, con un tono y un tiempo literarios que atrapan, encandilan, cumplen el objetivo y hacen de la narración una apuesta segura.
Que la vida iba en serio... (aprovechando el conocido verso de Gil de Biedma) también podría ser, entre otras, la intención didáctica, todos nos damos cuenta más tarde, leyendo "Las chicas de Septiembre" y a nosotros mismos, que el trayecto vital se parece un poco a lo que somos y casi nada a lo que esperábamos. Que sólo el amor alumbra lo que perdura (parafraseando también al maestro Silvio Rodríguez), es todo lo que merece la pena.
Una novela completa, estructurada con talento, colosal y al mismo tiempo casera, familiar, íntima, de las que dejan buen sabor de boca, como esas historias imposibles contadas al amor de la lumbre.
0 comentarios