"LAS AMIGAS DE OJOS OSCUROS"
Las modas literarias son proporcionales a los ingresos que generan, a veces (del negocio editorial y su marketing entiendo poco o casi nada) las estanterías se cubren de portadas que hacen alusión a nuestra posguerra civil o a cualquiera de las posguerras mundiales, y de repente todo tiene que ver con ello, y críticos literarios y cinematográficos desmenuzan argumentos tan similares entre sí que ya no apetece leer lo que sabes que sucederá aunque no lo hayas leído.
El término posguerra es un ejemplo, servirían las librerías antiguas, la pasión por la lectura, la infancia, los crímenes en países nórdicos... a saber por qué una moda se convierte en moda y cuando te quieres dar cuenta la actualidad literaria se parece a uno de esos montajes que enfilan piezas de dominó, idénticas, que hacen caer la una a la otra, hasta formar el entramado siguiente.
No vengo a criticar las tendencias que venden, sería irracional y simplificándolo mucho opino que lo que importa es leer, subirse a la nave, ese irrepetible contacto emocional.
De las modas, además, todos formamos parte, de una manera o de otra.
Yo "compro" la trama que redunda en el tema de la amistad a través de los años y de las generaciones, esas niñas que creían en la magia y se ponían delante de un espejo los collares de sus madres creyendo que todo sería eterno hasta que en un momento determinado y fugaz descubren que la realidad siempre supera, con creces, a la ficción. Una lectora conoce sus debilidades, los anzuelos, ese sonido... en mi caso tienen que ver con el género femenino, sus ancestros, sus emociones, su manera de relacionarse y de construir, la incondicionalidad, la amistad, el tiempo, algunas cosas que son verdad por encima de cualquier frontera.
Últimamente me he topado con las sagas de amigas de Edna O,Brien, Mauren Lee, Elena Ferrante... todas sus historias tenían algo especial e íntimo, algo que tenía que ver con ellas mismas y sus mundos particulares antes de ser descritos y escritos, una sensación entrañable, melancólica, caduca... de las que atrapan.
Por eso y por ellas posiblemente, y por los anzuelos que se me quedaron dentro, he ido a parar a Judith Lennox (Salisburi, Reino Unido, Enero 1953) y "Las amigas de ojos oscuros", y me las he bebido como dicen que se bebe el viento, de un trago y sin apenas darme cuenta.
Segunda mitad del Siglo XX, Rachel, Olivia y Katherine, construyen su amistad desde la infancia, en parte por una "obligación" asumida sin reparos, ya que sus madres fueron previamente amigas, aunque sus hijas superan con creces la calidad del vínculo, porque permanecen, con sus altibajos y sus relaciones de pareja, con hijas, con trabajos, con viajes de huída, con retornos inesperados, van y vuelven procurando encontrarse, y aunque estén físicamente cerca no siempre lo consiguen, quererse casi nunca es suficiente.
Cada una de ellas, desde que puso los pies en el suelo por primera vez, arrastra la historia de su identidad. Pulir eso no es fácil, además de interminable. Necesitamos gente de andar por casa, eso está claro, es calidad de vida, pero al mismo tiempo estamos tremendamente solas. Sin reconocerlo no podremos unirnos a nadie, seguir siendo parte de alguien.
"Las amigas de ojos oscuros" habla del mar como elemento terapeútico, habla de las cosas que importan, contadas, pequeñas, insignificantes, habla del miedo y de cómo romperlo, es una novela dramática, pedagógica, constantemente dinámica, se cae, se quiebra, se construye, superándose a sí misma con un ritmo que no decae y con una esperanza inagotable, no ilusa ni postiza, inagotable.
Me gusta porque cierra círculos, porque si sabes interpretar la vida consigues cerrar el círculo con el tiempo y el mimo necesarios con que se cura una herida abierta.
Para quien necesite detalles más concretos aquí le dejo la sinopsis exacta:
A Liv se le cae el mundo encima cuando su padre las abandona a ella y a su madre, y tienen que empezar una nueva vida en el pueblo de una amiga de juventud de su madre. Muy pronto, la tímida Liv conoce a las que serán sus mejores amigas: la bella Rachel y la rebelde Katherine. Al crecer, las tres chicas evolucionan de manera muy diferente —Katherine persigue sus sueños profesionales en Londres, Rachel se casa muy joven con el amor de su vida, y Liv se va a estudiar a la universidad—, aunque seguirán siendo las mejores amigas. El día antes de dar a luz, Rachel llama a sus amigas para decirles que quiere revelarles un secreto, pero nunca llega a contárselo. Descubrir el secreto de Rachel se convertirá en una prioridad para Liv y Katherine a lo largo de sus vidas.
Estas amigas tienen alma, puede tocarse.
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