"LA CHICA DE OJOS VERDES"
Las bibliotecas sirven para refugiarse de la vida.
Cómo los escritores y las escritoras infalibles.
Ya he presumido en otras ocasiones sobre la biblioteca de mi barrio (que fue convento y cuartel, y después de todo eso se reconvirtió en un espacio infinito, hermoso, cercano... que siempre te espera y al que puedo acceder sin ni siquiera cruzar de calle).
De vez en cuando hay que buscar refugio seguro. Imperecedero. Volver al papel, a la sensación de coger un libro prestado, al ritual... pero todo ello procurando dar los pasos sobre las piedras firmes del rio.
Por eso Edna O, Brien (Irlanda, 1930), y el segundo libro de la trilogía protagonizada por Kate y Baba: Las chicas de campo (ya comentado en este blog), La chica de ojos verdes y Chicas felizmente casadas. Un compendio de deudas pendientes, en clave de luz y humor, pero reflejando profundamente el nacionalcatolicismo de la época (años 60), la privación de libertad para las mujeres, las herencias familiares, el medio rural, oscuro y castrador... una trilogía que puede leerse por separado y que es una ventana abierta a cómo la historia y el entorno suponen grilletes en el tobillo de las protagonistas, liberarse de ellos y crecer son la huída hacia adelante que desgrana el argumento.
La naturalidad expresiva de la autora "rima" a la perfección con la puesta en escena, con el paisaje, los anhelos, los deseos y todo lo que quiere contarnos de una manera simple, directa, cómo si no hubiese tiempo de contar las cosas de otra forma, ni fuese necesario.
En este segundo libro de la trilogía Kate se enamora, incluso se marcha a vivir, con huídas épicas y dramáticas por medio, con el protagonista de su desvelo, un artista maniático de buena posición, casado y con una hija pequeña, de las que hace tiempo vive separado.
Ten cuidado con lo que deseas porque se puede cumplir.
Frase que bien podría resumir una novela que en ocasiones y no por casualidad parece fácil y hasta banal. Si no se tiñese a veces de rosa, de broma soez, de eteno domingo... las heridas resultarían mucho más incisivas.
Una buena novela hiere, deja marca.
Eugene pretende cambiar a Kate para que esta deje de ser la chica de campo que conoció. La supremacía de la cultura es peligrosa, dominante. ¿Hasta que punto estamos dispuestos a dejar de ser nosotros mismos por querer al prójimo?.
Adentraros en cualquiera de los libros de Edna O,Brien. Ahí dentro está Irlanda, Inglaterra, las mejores tazas de té que hayáis visto nunca, sombreros, zapatos, salas de fiestas, trenes, simpre los trenes, los barcos que zarpan, los coches que ya no vendrán a buscarnos... Hay que bailar y hay que reir, ella sabrá conduciros, y en ocasiones, en el momento exacto, cómo por descuido, se os humedecerán los ojos.
Eso es escribir. Convencer al mundo. Lo que se cuenta en ese preciso instante es el único presente que importa.
Kate y Baba son unas supervivientes asombrosas. Están vivas. Merece la pena darles la mano y echar a volar.
Contar con refugios seguros, aunque no salgamos más fortalecidos de ellos, siempre suponen el éxito de guardar un As en la manga.
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