CARNE VIVA

Me dejé la piel.
No eran las cinco en punto de la tarde,
ni siquiera recuerdo la fecha precisa,
pero sé que la lluvia me dolía
y el viento trazaba heridas fugaces
sobre mis hombros decaídos.
Supe que me había quedado sin piel
cuando ví como me miraba,
con la pena de los atardeceres rotos,
rescoldos de amor viejo
y los bolsillos vacíos.
La peor limosna
es una caricia marchita.
“Vete por dónde has venido”,
quiso decirme aunque no pudo,
“me siento incómodo”.
Yo buscaba, aterida,
la sombra aún caliente de lo que fuimos,
pero los cadáveres se descomponen rápido
queriendo convertirse en ausencia,
trampa de un recuerdo magnificado
donde el dolor se torna poesía.
Me dejé la piel,
pero no fue suficiente.
Nunca lo es.
Cuando nos vemos,
todavía la lluvia huele a playa desierta,
y me duele.
6 comentarios
María Lanciego -
carmen aliaga -
besitos
Amaya D. -
Mar Encina -
nK -
Si la melancolía te hace escribir poemas como "Carne Viva"...
¡ Viva la melancolía que te parió !
I n d e s c r i p t i b l e
Ricardo Fernández Moyano -