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MARTES DE CENIZA

POESÍA DE AGOSTO: LUIS ROSALES

POESÍA DE AGOSTO: LUIS ROSALES

Y otra vez Granada en lo cotidiano, en la memoria...

Ya he dicho en otras ocasiones que no vengo yo aquí a descubrir nada nuevo, porque no es mi pretensión y porque suelo llegar tarde a los descubrimientos que cambian el mundo.

En el rincón mensual que este blog dedica a la poesía le corresponde el turno a Luis Rosales Camacho (Granada, 31 de Mayo de 1910/ Madrid, 26 de Abril de 1992), en cuya casa familliar de Granada fue apresado en Agosto de 1936 Federico García Lorca, pese a las garantías que había recibido Rosales y que avalaban la seguridad del genial autor.  Eso debió pesarle siempre, aún tratándose de un hombre de férreas convicciones religiosas y políticas; estas últimas fueron evolucionando desde las ideas arraigadas de corte falangista hasta el espíritu democrático.  En el documental "La maleta de Penón", donde se narra la primera investigación, por parte de un escritor americano, sobre la desaparición de Lorca y su posible lugar de enterramiento, se cuenta que la madre de los Rosales se enfrentó a quienes irrumpieron en su casa reclamando a Federico... este nunca pudo imaginar que terminarían fusilándolo.  Posiblemente Luis Rosales tampoco, aunque los indicios apunten a una responsabilidad clara por parte de su hermano Miguel...

De conjeturas al respecto podríamos seguir llenando el mundo.  El caso es que Luis le brindó su casa como se brinda un abrazo en tiempos de guerra, y no puedo ni quiero dudar de la autenticidad de ese gesto.

Luis Rosales, cabeza visible de la generación del 36, fue Premio Cervantes en 1982 por el conjunto de su obra.  Dámaso Alonso lo definió como uno de los mejores exponentes de la poesía arraigada.  Respecto al contenido, su poesía es conocida como "poesía de lo cotidiano".  Fue también investigador de manuscritos del Siglo de Oro español, y miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1964.  Editorial Trotta tiene publicada su obra completa.  Su obra evoluciona desde el clasicismo al vanguardismo surrealista.  En 1949 publica la primera versión de "La casa encendida", considerada por la crítica su mejor obra, que se fue revisando y ampliando hasta verse de nuevo publicada en 1967.

En el centro de su ciudad natal hay una plaza pequeña, con una fuente pequeña, un rincón encantador, que lleva su nombre, y donde se pueden leer los siguientes versos relativos a su autobiografía:

    Como el náufrago metódico que contase las olas que le bastan
    para morir;
    y las contase, y las volviese a contar, para evitar errores,
    hasta la última,
    hasta aquella que tiene la estatura de un niño y le cubre la frente,
    así he vivido yo, con una vaga prudencia de caballo de cartón en el
    baño,
    sabiendo que jamás me he equivocado en nada,
    sino en las cosas que yo más quería.

 

 

Sobran más palabras 

 

 

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