MEMORIA DE LA MELANCOLÍA
Mª Teresa León Goiry nació en Logroño un 31 de Octubre de 1903.
La mujer de inolvidable mirada estudió en la Institución Libre de Enseñanza.
Fue su tía María Goiry, la primera mujer en España que obtuvo un doctorado en Filosofía y Letras.
Mª Teresa, subdirectora del Consejo Central de Teatro, lideró en plena Guerra la salvación de los cuadros de la pinacoteca del Museo del Prado, el Palacio Real, etc, y ejerció el cargo de Secretaria de la Alianza de Escritores Antifascistas.
Aquel Madrid bélico se ve reflejado en: Contra viento y marea y Juego limpio.
Dedicó su Romancero de la Guerra Civil a Federico García Lorca.
De su relación con Rafael Alberti ya se ha hablado demasiado, un binomio perfecto que dejó siempre en la sombra a Mª Teresa, tal y como ella quiso.
El exilio los lleva a París, a su trabajo como locutores de radio y traductores, a Argentina, donde residirían durante veintitrés años y nacería su hija, Aitana, a viajes por Europa, a conocer China y a instalarse en el Trastevere de Roma, donde ambos, figuras míticas, alumbran con rigor importantes obras de madurez.
Son los años en los que Mª Teresa escribe su libro autobiográfico “Memoria de la Melancolía”, terminado en 1968, un documento fundamental para entender el movimiento cultural y político de una parte importante del siglo XX, pero sobre todo para comprender humanamente lo que significa estar exiliado, un lastre que acarrearon siempre allá dónde fueron, sin lograr ser de ninguna parte, y queriendo dejar siempre constancia de sus raíces, de sus recuerdos, de todo lo arrebatado.
“Estoy cansada de no saber donde morirme. Esa es la mayor tristeza del emigrado. Estoy cansada de hilarme hacia la muerte. Y sin embargo, ¿tenemos derecho a morir sin concluir la historia que empezamos?. Porque todos los desterrados de España tenemos los ojos abiertos a los sueños.”(Fragmento de Memoria de la Melancolía)
Con la llegada de la democracia consiguieron volver a España en 1977, con Mª Teresa ya enferma de Alzheimer.
Falleció once años más tarde interna en una residencia cercana a Madrid.
Estoy de acuerdo con quienes manifiestan que fue la gran olvidada de la Generación del 27
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