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MARTES DE CENIZA

BENJAMÍN PRADO Y ÁNGEL GONZÁLEZ

BENJAMÍN PRADO Y ÁNGEL GONZÁLEZ

Benjamín Prado nació en Madrid en 1961.  Obtuvo el XIV Premio Andalucía de Novela por No sólo el fuego.  Ha escrito canciones con Sabina, trabajó con Alberti, practica el ensayo: Siete maneras de decir manzana (2000), la poesía: Cobijo contra la tormenta (1996), Iceberg (2002), el relato: La sangre nunca dice la verdad (2007) y la novela: Mala gente que camina (2007) Dónde te crees que vas y quien te crees que eres (1996)... Y todo lo hace bien.  Benjamín Prado tiene la suerte de ser Benjamín Prado. 

En el libro donde se publica una Antología de la Poesía de Ángel González para jóvenes (Alfaguara, 2008) es él quien escribe el prólogo, realiza la selección de poemas y entrevista al autor.

Coherente hasta la médula, ángel González tituló su obra poética completa Palabra sobre palabra, pero también podría haberla llamado igual que su segundo libro, publicado en 1961, Sin esperanza con convencimiento, porque esos dos sustantivos la simbolizan y resumen a la perfección su largo viaje literario, que va desde Áspero mundo (1956) a Otoños y otras luces (2001).

Así comienza un librito de tapas rojas, fino, emotivo, intenso, que presenta para jóvenes o para no tan jóvenes una antología poética sin desperdicio que cautivará a cualquiera que le dedique su tiempo.  Porque Ángel González era mucho más que un poeta, era un poeta real y enamorado, un poeta descreído, rebelde y humano al que no podemos dejar pasar levantando los hombros, porque acercarnos a sus versos es entender más y mejor la vida. Otro pequeño fragmento os dará más pistas:

 Ángel González empezó siendo un gran poeta y terminó por ser un poeta inevitable. Sus muchos lectores, los que agotan una tras otra las sucesivas ediciones de Palabra sobre palabra, demuestran que el largo viaje personal y colectivo que es su obra no lo ha hecho solo, sino en compañía de miles de amantes de la verdad y la buena literatura.

La entrevista con la que Prado cierra el libro provoca nostalgia por el poeta desaparecido y su manera única, privada y especial, de entender la historia, el tránsito, este presente de todos que parece sólo de unos pocos.

Un librito sencillo, pero no fácil, inmejorable para leerlo en estos días, con mucha luz y mucho compromiso por la vida que tejemos entre todos, cada día.

1 comentario

Paula Alvarez Carnero -

Hola.
No conocía el libro, pero sin duda después de leer esta reseña, iré a buscarlo. Aprovecho para decirte que he reabierto "Libeluletras". Un abrazo y sigo atenta a tu blog.