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MARTES DE CENIZA

ISABEL GARCÍA LORCA

ISABEL GARCÍA LORCA

Siempre me debato entre prestar o no mis libros (sobre todo algunos) y siempre acabo haciéndolo para lamentarme después por los que he ido perdiendo en el camino, que han sido unos cuantos, "Recuerdos míos", las memorias de Isabel García Lorca, fue uno de ellos, el rastreo insistente que hice entre mis amigos tratando de averiguar quien lo tenía derivó en que me lo regalasen, así puedo acariciarlo con la mirada cada vez que paso cerca y compruebo que reposa en la estantería, presentado en portada por la foto en blanco y negro de Isabelita, como la llamaban en casa, que nació en Granada en 1909 y falleció en Madrid en 2002, a punto de terminar estas memorias únicas, por ser ella y su familia, y el momento en que se desarrollaron sus vidas, tan especiales.

La casa familiar de la vega granadina, edificio donde se encuentra la sede de la Fundación Federico García Lorca, alberga la herencia donada por Isabel de los muebles originales que la componían en su origen.  Visitarla es conocer a Lorca y a los suyos, y sentirlos cerca.

Las memorias de la pequeña del clan (11 años menor que Federico) recogen su infancia con el lenguaje sencillo y aterciopelado que supone hacer regresar el recuerdo a los lugares que amó, habla de sus hermanos y de quienes les rodeaban, de los usos y costumbres de la época, de la muerte del poeta, del duro exilio... Isabel es la voz de quienes se quedaron sin ella demasiado pronto.

Fue alumna de Jorge Guillén y Pedro Salinas, y tras huir del país se refugió en Bruselas y en Estados Unidos, donde durante años fue profesora en varias de sus universidades.  Regreso en 1951 para crear después la Asociación de mujeres universitarias.  Muerto el dictador le fue restituido su puesto como catedrática de literatura en el Instituto Pardo Bazán de Madrid.  Desde 1984 hasta su fallecimiento fue Presidenta de la Fundación García Lorca.

Las semblanzas imborrables de quienes conoció hacen de su libro una joya de interés cultural e histórico sin precedentes, más que unas memorias suponen un testimonio único de quien tuvo la suerte de vivir rodeada de amor por la cultura.

En una entrevista concedida a la Residencia de Estudiantes de Madrid manifiesta lo siguiente:  He tenido una vida extraordinaria, por eso creo que estoy aguantando tanto. Si es verdad eso que dice Freud, que los diez primeros años son los que te marcan, mis diez primeros fueron tan fabulosos que he llegado a los que tengo ahora gracias a ellos.

Isabel, como no podía ser de otra manera, fue un ser especial que nunca quiso hurgar en el pasado ni ahondar en la herida ("ha marcado mi existencia, pero jamás hablaré") miró hacia delante siempre con coraje y tuvo la generosidad de contárnoslo.

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