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MARTES DE CENIZA

"POR SI SE VA LA LUZ"

"POR SI SE VA LA LUZ"

Lara Moreno nació en Sevilla en 1978, ha publicado varios libros de relatos y actualmente vive en Madrid donde es editora free lance e imparte talleres de escritura.

A finales del año pasado publicó su primera novela: "Por si se va la luz", lo que la ha catapultado como escritora novel, joven promesa, deslumbrante descubrimiento, y otras etiquetas que a veces (o a mí) dan tanto miedo, porque presuponen un despliege de fuegos artificiales al final de cada párrafo que en muchas ocasiones se quedan en pólvora mojada.

Su historia es suya, contemporánea, cercana a lo que ha visto y a los ambientes en los que se ha movido, su trabajo de recolección ha obtenido sus frutos y estos se despliegan en una novela que no pasa desapercibida y en la que se nota el intento de resultar llamativa, distinta.

Una pareja de treintañeros lo abandona todo para trasladarse a vivir a un pueblo semiabandonado. Como diría Ángel González son gente sin esperanza, pero con convencimiento, que trata de buscar una alternativa y todas las respuestas. Necesitan desesperadamente ser otros, renunciar al pasado y no esperar nada del futuro.  

Pero nunca nada es lo que parece ni resulta como se espera.

Un tanto catastrofista y claustrofóbica la novela se aleja del estilo y de las historias que me gusta leer, pero tiene algo que engancha y que conecta directamente con el lado oscuro, la parte más privada, mezquina e insondable que guardamos en algún pliegue de nuestros trasteros y que de vez en cuando conviene, sino airear, reconocer.

Utiliza ingredientes de popularidad social: el desencanto, la crisis, la enfermedad, la deshumanización urbana, el éxito, el materialismo, los amigos... que hacen de la narración un conocido pan nuestro de cada día expresado en muchas ocasiones con una prosa poética bien manejada, llena de pistas y de avisos, impresionista, que desdibuja un tanto a los personajes centrándose en cómo contar lo que quiere contar, apoyándose más en la forma que en el fondo.

"No soy rencoroso con la vida y eso me hace capaz de querer a la gente, siempre fue así" (pág. 89).

"Pero no hay nadie más egoísta que un ser maduro, el que ya no permite que nada lo aparte de su camno, el que rechaza los estorbos con repulsivo tesón" (pág.142).

"Porque la infidelidad no es algo azaroso sino consciente, y solo mentes atormentadas son capaces de culpabilizarse por el placer" (pág.190)

Resulta. A pesar de lo sórdido y lo explícito (a veces demasiado sórdido y demasiado explícito) resulta, el argumento avanza y te sacude como a un espantapájaros en medio de una carretera.

Es de los libros que se subrayan y que te incomodan, árido, poco estético, brutal en ocasiones, desesperanzador, que plantea el amor como la única condena y la última posibilidad de salvación, con pretensiones de ser algo más que la primera novela de una escritora alabada por la mayoría.

Tiene algo más.

Un latido palpable.

Hay que acercarse a lo que parece alejarse tanto de nosotros mismos.

La distancia no es real.

1 comentario

cadenadeochos -

Ala, venga, otro a la lista para leer.... ainsss ;)