LA CIUDAD
En un edificio del barrio de La Latina, en el centro de Madrid, confluyen las vidas de tres mujeres. El pequeño piso interior de la cuarta planta es la casa de Oliva. Está atrapada en una peligrosa relación que ha transformado la pasión del inicio en una jaula. En el tercer piso, luminoso y exterior, pasa Damaris los días cuidando a los hijos de sus patrones. Cada noche regresa a su casa cruzando el río que divide social y económicamente la ciudad. Vino a España buscando un futuro mejor cuando un terremoto en Colombia truncó su vida. El mismo futuro que buscaba Horía, la mujer marroquí que llegó a Huelva para trabajar como temporera en los campos de fresas y ahora vive en la minúscula casa de la portería y limpia, en la sombra, las escaleras y el patio.
Si la sinopsis promete el interior no defrauda.
Lara Moreno (Sevilla, 1978), la escritora prometedora e inquietante de "Por si se va la luz" (2013) y "Piel de lobo" (2016) consigue con esta tercera novela asentar, de manera incontestable, su calidad literaria dentro de un universo propio, auténtico, de autora capaz de tejer, desde lo minúsculo, hasta crear una red sólida, que abarca cientos de matices, de posibilidades, de escenarios dónde, inevitablemente debemos posiciarnos y tomar entre las manos una verdad absoluta e íntegra, caliente, que palpita ante nuestros ojos como un cachorro recién nacido.
Las mujeres de la trama son de sobras conocidas. Las conocemos. No sé si hemos sido capaces de mirarlas, pero las conocemos tanto que de todas ellas guardamos una parte, una palabra, un gesto, una forma de abrir la puerta o de beber una copa de vino, un rasgo maternal, un silencio y una huida, entre otras cosas.
Sufren episodios de una violencia tan cotidiana que parece simple, apenas perceptible de un vistazo, pero omnipresente, violencia institucional, violencia sexual, violencia de género, violencia psicológica, verbal... de las buenas personas es fácil abusar e incluso cualquiera, en un momento determinado, podemos convertirnos en abusadores... el sentimiento de poder es algo nada desdeñable.
Pero no es una novela violenta. Guarda luz y armonía, mercados, plazas soleadas, música, días de fiesta.... algo de sororidad y de empatía. Además está la inmigración, el duelo, los deseos que nunca se cumplirán, la letra pequeña de los contratos de pareja, está el clasismo, la familia, el exilio... pero sobre todo, por encima de todo, está la inteligencia emocional dominando el partido. Un libro completamente emocional y exquisito por ello, poco complaciente, nada de literatura sencilla aunque se lea con facilidad, si no tienes preparados todos los sentidos, todos los filtros, abiertas todas las ventanas, "La ciudad" (Lumen, 2022), no servirá. Y la literatura debe ser un vehículo que nos permita seguir agarrándonos a la vida, entendiéndola, adaptando nuestra mirada.
La literatura debe ser un lugar para quedarse y en la última novela de Lara Moreno una querría habitar, sin duda.
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Anónimo -