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MARTES DE CENIZA

"SOÑAR COMO SUEÑAN LOS ÁRBOLES"

"SOÑAR COMO SUEÑAN LOS ÁRBOLES"

Sinopsis:

Las vidas de Gloria Felipe y de Nuria Valencia se entrelazan en torno al robo de una niña pequeña que conmociona a la capital mexicana en la decada de 1940. Por medio de una narradora que (en sus propias palabras) "no canta mal las rancheras", somos testigos de la batalla de los Miranda Felipe por recuperar a la menor de sus integrantes y de la crianza angustiosa de los Fernández Valencia para salvar a su propia niña de un peligro potencial que la policía no ha podido frenar y los medios reportan con el tono de un thriller.

Es México, con sus características, su estructura socioeconómica y cultural, su lenguaje. Pero podría ser cualquier otra parte del mundo, en cualquier otro momento y la historia volaría como lo hacen las palomas mensajeras, instalándose en el cuerpo vulnerable de cualquier mujer.

Considero determinante el factor género para sentarse a leer esta novela, que comienza como un drama llevadero, de narrativa ágil y sencilla, un argumento centrado en el robo de niños-as, en ocasiones una novela negra: policía, medios de comunicación, dinero... parece que todo encaja sin complicación, sin exponernos demasiado, hasta que, sutilmente, atravesamos el espejo, y estamos ahí, en escenarios que no imaginábamos, comprendiendo lo que cuesta admitir.

Brenda Lozano (CDMX, 1981) nombrada una de las mejores escritoras jóvenes de América Latina, nos plantea un entramado de herencias patriarcales adherido a la piel de las costumbres, de la historia, del conservadurismo atroz.

Sin dejar de tener en cuenta el hecho criminal no podemos juzgar la parte por el todo.

La segunda parte de la novela transcurre en una prisión, dónde un grupo de mujeres invisibilizadas y una obra de Lorca (Yerma)  conforman un propósito, un deseo, una colectividad, permitiéndonos comprender que no hay cristal sin aristas ni verdad absoluta, ni destino inquebrantable.

"Soñar como sueñan los árboles" es pedagógica, cruel, hermosa, triste, alentadora, despiadada, concéntrica, sagaz... una mezcla de ingredientes cocinados a fuego lento para obtener un resultado inquietante y conmovedor.

Una buena historia donde el amor y el deseo tampoco mueven el mundo, pero lo hacen diferente, hasta en sus partes más oscuras.

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